No sé si será que estoy en finales, o que ya está puesto el arbolito en mi casa, pero se sienten las brisas navideñas. Ese sol que siempre está en el cielo, pero ahora ilumina de una manera diferente. Hasta el calor es distinto, me parece que un poco más veraniego, aunque no es que ya hayan acabado las lluvias. Quizá todo sea mental. No sé.
No puedo evitar pensar cuando llega diciembre sobre lo rápido que pasa el tiempo, lo rápido que se van los años, y me cuestiono todo lo que he hecho a lo largo de él, si hice todo lo que me propuse, si estoy satisfecha con lo que he vivido. En fin...esos pensamientos nostálgicos que las fiestas traen, de los que están y los que se fueron, y claro, los que están por venir.
Escucho la música de los foquitos del árbol, escucho a la gente que anda de compras(ya sea por el día de la madre, o regalos navideños), planeando las recetas de la cena, pintando casas, arreglando e invirtiendo los ahorros disponibles para la fecha.
Y, algo me falta. Siento que no soy yo. Me pongo a pensar en navidades pasadas, y mi emoción era otra. Las fiestas siempre me ilusionaban(como niña chiquita esperando a Santa Claus) y hasta hace poco no era la excepción. Ahora no me siento emocionada, ni motivada por nada.
Me gustaría entender por qué mi tendencia a no estar bien. Es decir, generalmente soy empalagosamente optimista, y mis ánimos dicen "sí se puede", "nada es imposible", etc etc, pero en cuanto siento que no estoy feliz, o mejor dicho, cuando estoy en un estado neutro, siempre termino mal, y este año las fiestas me recuerdan lo vacía que estoy.
Meta de año nuevo: Sentir otra vez.
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