viernes, 16 de abril de 2010

DMA. 4-Nombre, por favor. (Pt 1)

Share it Please
Claudia estaba dando clases, pero por alguna razón no podía concentrarse en la fase oral que proponía Freud. La razón era bastante obvia, pero ella no parecía notarla. Algo en Laura la hacía diferente a muchas personas que ella había conocido. Su esencia era, no había más palabras que especial. ¿Pero era heterosexual? Qué lástima...

-¿Jiménez? ¿Qué edades comprende? ¿Jiménez? -Una voz de pronto la interrumpió, y la devolvió a una realidad que no recordaba que existía.
-¿Diga? -Pregunta Claudia.
-¿Qué edades comprende la fase oral? Ya que está prestando tanta atención...
-Ah, disculpe. Entre...¿los doce y dieciocho?
-Meses...Correcto. -El profesor se acerca más hacia ella y dice en un volumen bajo- No se distraiga más.
-Sí, perdón.

Al salir de clase, el tema seguía en su cabeza, sin saber bien por qué, sólo la conocía de un par de semanas, en resumen, un par de salidas, no tenía por qué ser todo tan trágico. Es más, no tendría nada malo hablar con ella y volverse su amiga, al fin y al cabo, nunca supo por boca de Laura que quisiera algo más que eso.

Tuuuuun...(Entrando la llamada por celular)

-¿Claudia? -Se escucha en un tono de sorpresa a través del celular.
-Sí, pero no te sorprendas tanto. -Responde en modo de burla.
-Bueno, es que después del otro día no esperaba tu llamada. No sé, parecías molesta.
-No, no. Sólo que tuve que irme. Y hablando de irse...Acabo de salir de clases, no sé si quieres que hagamos algo.
-Ay, estoy bien cansada como para salir. No he podido dormir bien y...
-Ah. Entiendo. -Claudia, algo decaída.
-Pero si quieres, puedes venir a mi casa.
-¿Segura?
-Sí, pero sólo si quieres...
-Está bien.
-Bueno, te mando en un mensaje la dirección y nos vemos acá.

Claudia fue al lugar que Laura le dijo, y miraba a su alrededor, asombrada. La casa de Laura quedaba en un área bastante grande y exclusiva.

-Nombre, por favor. -Le pide un hombre en la entrada.
-Jiménez, Claudia. Me están esperando en la casa de Laura Pinzón.
-Un momento... -El hombre se va, llamando por teléfono a la casa. Regresa. -Pase, señorita.
-Gracias. -Sigue manejando, hasta llegar a una de las casas, la de Laura.

Laura estaba esperándola afuera, vestida cómodamente para estar en su casa, con un short, una blusa de tiras y un peinado con cola, que la hacía ver diferente a las otras ocasiones, pero no de una manera negativa.

-¡Viniste!

1 comentario:

  1. O.o... No!... definitivamente... no puedes dejar la historia asi!... como principio de pelicula porno!... Oigame no!... mi imaginacion... esta al 100% y siempre vuelve al primer punto u.u...

    ResponderEliminar