domingo, 24 de enero de 2010

Rebelde sin causa

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Estoy demasiado grosera, o eso me han dicho. Siento que tengo muchas cosas acumuladas con mi mamá, y que me he alejado. En general, siempre hemos tenido una buena relación, le contaba mis problemas, hablaba de mis amigos, mi día a día. Ahora me guardo la mitad de mis pensamientos.

Ultimamente se me hace difícil contarle cosas porque muchas de ellas están relacionadas con esa parte de mi que no conoce. Mis tristezas, frustraciones, y a veces hasta deseos, van ligados con eso y entonces prefiero mejor guardarme lo demás.

Han habido ocasiones en los que casi se me salen comentarios poco aptos para sus oídos y me he asustado a tal grado que simplemente dejé de hablar. Igual que cuando se dan situaciones con el famoso tema: estoy a media vocal de soltarlo todo.

Creo que para sobrellevar todo, o no explotar, estoy siempre criticando, buscando excusas para pelear, diciéndole cosas que sinceramente, no sé, todo ha cambiado. Y sumándole a eso las frustraciones que tiene todo el mundo con sus papás, el asunto es doble.

Supongo que esto tiene limitado el tiempo, y que pronto esto acabará. Espero que para bien...

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