jueves, 6 de diciembre de 2012

Marín: La Isla. Día 5

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Pues sí, estuvimos mucho tiempo en la isla por lo que veo.

Ese día yo no me sentía muy bien porque me estaba empezando a resfriar, y Marín toda linda atravesó cielos y mares (ok, no...) para traerme medicinas y hacerme sentir mejor. 

Nos la pasamos entre besitos, abrazos, vimos una película y básicamente estuvimos como en casita todas relajadas y sin hacer algo específico, incluso jugamos baraja! La vida en la isla era tranquila, me gusta lo cómoda que me siento con Marín porque podemos no hacer nada y aún así que sea divertido.

Ya en la tarde que me sentía mejor, estábamos a mitad de lo que ya saben, y empieza a vibrar mi celular. Por un momento pensé en ignorarlo, pero era mi papá y luego se pone paranoico si estoy en otro lado y no le contesto.

-Hola, hija.
-Hola...(Mientras recuperaba la respiración)
-¿Cómo estás?
-Encima de Marín, gracias, ¿y tú? (No, no es cierto xD) -Bien, está chispeando así que nos quedamos en el hotel.
-Ahh ok. ¿Y cuándo regresas?
-Pues, mañana regresamos, ya hoy es el último día aquí.
-Ah, bueno, está bien. ¿Y qué hacían?

Volteo a ver a Marín, con cara de ¿qué le digo? y yo:
-Eh...jugando baraja.
-Ah...¿Baraja? ¿Y eso las entretiene?
-Tristemente sí. -Trato de sonar lo más convincente posible.
-Uhm...bueno...ok...cuídate, pórtate bien. Chao

Cerré la llamada. Y quedé con una extraña sensación de que quizá no fui tan convincente como pensé.

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